Entre las muchas funciones que ha tenido el palacio, destaca la de residencia real. En 1813 se convirtió en sede del consejo de guerra. El general Palafox lo tuvo como su residencia hasta 1815.
La estructura del palacio es similar a la de el resto de edificios de sus características, especialmente el gran tamaño de la fachada de ladrillo. La entrada al palacio tiene dos grandes portones que dan directamente al patio.
En la entre planta se descubrió un arte sonado aragonés con viguería de madera policromada y bovedilla de revoltón decorada con motivos florales y zoomorfos.
En la planta noble se encuentran los salones principales. El más importante recibe el nombre de salón del trono que junto a otros dos adyacentes se abren al coso mediante ventanales de gran tamaño.
Una zona menos conocida es la que fue ocupada en parte por el casino de Zaragoza, de lo que solo queda la cafeteria y la sala de esgrima.
La tercera planta, también poco conocida se accede por otra escalera distinta a la principal. En este piso se conservan algunos salones modernistas del siglo XIX, uno con chimenea, que se asoman al coso mediante la galeria superior.
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